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"Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo" -Ludwig Wittgenstein

 

En mi trabajo semanal en el huerto de Mujeres Supervivientes, he escuchado, apuntado, y aprendido muchas nuevas palabras que tienen que ver con la agricultura. Aunque mi falta de conocimiento previo de estas palabras nunca ha inhibido mi capacidad de aprender haciendo ni de seguir un ejemplo, pero sí inhibe mi capacidad de explicar lo que he aprendido, y de educar a los demás. Muchas de las palabras y frases que forman parte del vocabulario de cultivar y cuidar las plantas para mí son nuevas, por ejemplo: semilla, semillero, bandeja de semilleros, regar, regadera, sembrar, y rastrillo. Sin embargo, es los nombres de las plantas que más me llaman la atención y que para mí son los más difíciles de aprender. La mayoría no me parecen cognados, así que es imposible adivinar, y cuando mis compañeras y yo hablamos de una planta en particular, es difícil saber si todos estamos en la misma onda. A veces, el nombre que busco ni siquiera existe—aunque existe un montón de tipos de lo que nosotros llamamos en inglés “squash,” parece que hay una sola palabra para todos en español, “calabacín.” También, aunque son frases que no son difíciles de entender y tampoco los necesito usar, he notado unos regionalismos que usan mis compañeras de varias partes del mundo hispanohablante. Por ejemplo, cuando mi compañera española pero no andaluza quiere saludar a alguien de manera un poco más formal, dice “buen día” en vez de “buenos días.” Mi compañera mexicana, por su parte, llama a todos “guapi,” sin considerar su género. Por lo general, diría que mis limites no son lingüísticos, sino sociales. Tengo que desafiarme a conocer a otras personas y a insertarme en conversaciones, y en vez de recibir instrucciones y tareas específicas, tengo que tomar la iniciativa y encontrar algo en que puedo ayudar.

modelo de organización, roles de género, autoridad, y propiedad

 

Aunque sé que existe dentro de mi organización una estructura de poder, a mí me parece casi invisible. Tanto en el comedor como en el huerto, aunque hay una persona en una posición de cierta “autoridad” (con quien comparto mis preguntas y dudas, con quien coordino mi horario de voluntariado, a quien le pregunto si puedo ayudar con algo), trabajamos como si fuéramos todas iguales, de manera colectiva.  En el comedor, la responsabilidad de cocinar, poner y quitar la mesa, lavar los platos, y arreglar la cocina se comparte igualmente entre nosotros, así como se comparte el producto de todo nuestro trabajo: la comida.  En el huerto todas somos “estudiantes” de agricultura, así que esa “estructura de poder” es aún menos visible. Nadie tiene más conocimiento que otra, y vamos todas aprendiendo juntas. No existe una jerarquía dentro de que operamos las voluntarias de Mujeres Supervivientes, sino que trabajamos todas en pequeños grupos en varios proyectos con propósitos diferentes, pero hacia la misma meta de liberar la mujer y luchar contra el machismo, el patriarcado, y la violencia de género de cualquier tipo. Con respecto a los roles de género, nos encontramos en una posición única porque somos todas mujeres. Sin embargo, eso no significa que no hay hombres que contribuyen al trabajo que hacemos—en el huerto, es todo lo contrario. Nosotras hemos empezado a cultivar el huerto sin saber nada de la agricultura, pero hay hombres que llevan mucho tiempo trabajando en el jardín, y nosotras aprendemos observándolos. Nuestra meta es aprender de ellos, llegar a ser autosuficientes, y poder enseñar a otras. También, cultivamos nuestro pequeño huerto dentro de un jardín más grande, que se maneja por una mujer. Ella empezó a trabajar en el jardín como estudiante; ahora lleva 20 trabajando y ocupa la posición más alta de autoridad. Todos los hombres del jardín trabajan por ella. Sobre todo, lo que importante es que todas nos tratamos con respeto y tolerancia, que somos responsables, y que tenemos ganas de contribuir. Como compartimos el trabajo y el producto final del comedor, también compartimos el sitio en sí con otros grupos en la comunidad. Aunque guardamos nuestros propios platos e ingredientes, siempre tenemos que dejar la cocina limpia para que otros la puedan usar. Traemos nuestras propias herramientas al huerto, pero cuando sea necesario también utilizamos las herramientas propias de los que manejan el jardín. No sé si se alquila el huerto o si Mujeres Supervivientes lo ha comprado, y tampoco sé a quienes pertenecen los otros huertos dentro del jardín más grande. De todas maneras, las divisiones de propiedad no son muy visibles.

entrevista con Rocio urdanete, técnica de mujeres supervivientes y compañera mÍA 

 

¿Puedes explicar brevemente tu posición con Mujeres Supervivientes, el trabajo que haces, cuánto tiempo llevas, etc.?

Soy una de las tres técnicas de la asociación. Comencé como usuaria de la asociación y desde octubre de 2016 colaboro con la misma. Hago intervención con las mujeres que contactan con la asociación para recibir ayuda en el área que tratamos. Les doy información, según sea lo que vengan demandando, la derivamos a una psicóloga, un organismo que le pueda prestar la ayuda requerida u otra asociación. Si deciden hacer la denuncia por violencia de género, se les hace el acompañamiento a la denuncia y todo el apoyo que le podamos ofrecer durante el proceso. Les ayudo a elaborar CV, y en algunos casos que no tienen acceso a internet, se busca ofertas de empleo que aparezcan en la red para facilitarles la información. A todas las invitamos a participar en nuestro comedor social y en los talleres que realizamos, como por ejemplo de risoterapia, elaboración de bisutería, pintura, restauración de muebles antiguos, baile, etc. Llevo los informes económicos de los proyectos. Participo en las reuniones que tiene la asociación con otras asociaciones y la administración para contribuir a la mejora de la calidad de vida del sector de la población al que atendemos. Colaboro en el proyecto del huerto ecológico de la asociación, Las Hortelanas y el Mar y con el proyecto que busca la independencia económica de la asociación, Le Vin Violette, los vinos ecológicos que vendemos. También hago entrega de alimentos, cuando los tenemos, repartimos juguetes para el Día de Reyes, ropa que nos han donado.
Imparto los talleres de risoterapia. Junto a mis compañeras doy charlas de sensibilización sobre violencia de género en los institutos para crear conciencia sobre estaproblemática.

 

¿Puedes contarme sobre los otros proyectos y programas, además del comedor y el huerto, en está trabajando Mujeres Supervivientes actualmente? 

 

Tenemos un proyecto de emprendimiento social que apuesta por la independencia económica de la asociación, Le Vin Violette. Son vinos ecológicos que vendemos para ayudar a sostener el comedor y lo gastos de la asociación. Todavía no producen la rentabilidad para poder sufragar los gastos que genera la asociación, ni el comedor, sin embargo, nuestro deseo es que con la venta de los vinos podamos tener una economía sólida, independiente, que nos permita seguir avanzando y ayudando a más mujeres y en un futuro, Le Vin Violette sea fuente de empleo para algunas mujeres.

 

¿Colabora Mujeres Supervivientes con organizaciones o agencias gubernamentales, o sevillanos o andaluces?  

Si, algunos servicios del ayuntamiento nos han derivado en más de una oportunidad a mujeres que requerían de nuestra ayuda, Con asociaciones de mujeres, amigas, y ciudadanía en general que nos conoce y sabe lo que hacemos y como intervenimos. En ocasiones llegan a nosotras personas que requieren algún tipo de ayuda que no prestamos y las derivamos a otras asociaciones que si pueden ayudarles. Así mismo les sucede a otras asociaciones que nos derivan usuariaspara que sean atendidaspor nosotras. La colaboración entre asociaciones es muy importante porque nuestro interés es ayudar a la persona y llegamos donde la administración no llega. Con la administración también trabajamos hemos realizado el Primer Plan de Intervención integral con mujeres víctimas de violencias de género para sus hijos e hijas, Con el IAM Instituto Andaluz de la Mujer, quiénes nos derivan mujeres para que nosotras les atendamos, con Universidades, etc.

 

¿Cómo son las estrategias y los métodos de Mujeres Supervivientes diferentes que los de agencias gubernamentales (el Instituto Andaluz de la Mujer, por ejemplo) que han planteado metas similares - de luchar contra la violencia de género y el machismo, de proveer el apoyo jurídico y psicológico, y de educar al público?  

 

Contamos con una Metodología original, cercana, cálida con perspetiva de género, que pone en el centro de la atención a las mujeres como protagonistas de sus propios procesos de reconstrucción personal, autonomía y empoderamiento. 

 

¿Qué hace mejor Mujeres Supervivientes, trabajando al nivel de individuos y redes de individuos, que esas agencias gubernamentales que trabajan al nivel de la ciudad o la comunidad autónoma, y viceversa?

 

Nosotras vemos personas. Las escuchamos y tratamos a las mujeres como lo que son, personas adultas, no menores de edad, ni estadísticas. Nuestro contacto es directo, del día a día, en la calle, vamos mas allá de la oficina. Respetamos el proceso que vive cada mujer, ayudamos, mas no somos sus tutoras, sus madres, ni mucho menos salvadoras. En el comedor, muchas mujeres comienzan a sacar sus saberes, que estaban escondidos por las circunstancias que han vivido. Se permiten, ser, fluir y comparten desde la igualdad con el resto de las personas, creando redes, paso fundamental para hacer el cambio en la vida. Estas redes y relaciones, las están generando ellas, el comedor es un espacio y ellas deciden que hacer. De ahí surgen talleres y diversas propuestas, porque desean compartir sus saberes, ya no estamos hablando de la víctima, ahí está emergiendo la superviviente, la que es capaz de reconocer su valía, la que se da cuenta que tiene mucho que aportar. Lo que hacemos mejor, es reconocer y tratar a las mujeres como sujetos sociales, no como menores de edad, somos la opción más cercana, genuina y que les acompaña en todo el proceso. Las decisiones sobre su vida las eligen ellas, nosotras favorecemos esto. Las redes entre mujeres para la autonomía. El empoderamiento y, nuestro discurso político reivindicativo sobre la igualdad entre mujeres y hombres por cuestiones de género, raza, clase, orientación sexual, religión, edad. No rechazamos a las mujeres si éstas no denuncian. La administración pública y la Ley de Violencia de género del 2004, no reconoce otras violencias como la trata y explotación sexual, la violación y el acoso, el acoso laboral, la mutilación genital, etc.
 

¿Cómo ha evolucionado la estructura y la estrategia de Mujeres Supervivientes con el paso del tiempo? 

 

Hemos ido incorporando en nuestra Metodología nuevas maneras de intervención e instrumentos como la Cartografía del Proyecto Vital, que nos permite junto a las mujeres ir diseñando itinerarios personalizados para salir de las violencia e ir planificando el presente, con los recursos, carencias, necesidades, fortalezas y potencialidades de cada mujer. Hemos incoporado y desarrollado nuevas formas y contenidos de sensibilización al incorporar toda la violencia y acoso que realizan los jóvenes a través de la Redes Sociales, el ciberacoso, el acoso callejero, las violaciones colectivas, etc., Hemos desarrollado un lenguaje coproral y visual a través de los Performance para hacer denuncia política feminista y reivindicación de neustros derechos sociales, políticos, sexuales y rpeoductivos y algunos los hemos hecho videos, etc.,

 

¿Colabora Mujeres Supervivientes con otras redes de mujeres, supervivientes, o activistas?

 

Si. Para nosotras es importante la sororidad y la ponemos en práctica. Nos reunimos con otras asociaciones y nos planteamos estrategias a seguir para poder ayudar a nuestras usuarias, cómo hacer para desmontar este sistema patriarcal, principal responsable de la situación de exclusión que vive la mujer dentro de la sociedad. Evaluamos la situación general del crecimiento de la violencia de género en la sociedad, los micromachismos presentes en la cotidianidad, que por ello se creen muchas personas que es normal, y se aceptan situaciones que son violencia hacia la mujer y que van preparando el terreno para situaciones más graves. Con el Movimiento feminista de Sevilla y de España, con el Movimiento okupa de mujeres feministas, con las mujeres anarcofeministas, con Solidaridad Internacional, con Mujeres en Zona de Conflicto, con Agora Político Feminista, con Asociaciones de mujeres de América Central, Latinoamericanas, Gitanas, con la Asociación de  Mujeres Empleadas del Hogar, etc., con Asociaciones de Mujeres de la Universidad de Sevilla, etc.,
 

¿En cuál aspecto de vuestro trabajo habéis tenido más éxito, y en cuál aspecto habéis enfrentado más obstáculos? 

 

Nuestra fuerza y éxito es ver, compartir y construir junto a otras mujeres otro tipo de vida, lejos de las violencias, de los abusos, victimismo y daños colaterales que nos deja la violencia sobre nuestr cuerpo y ser. Ese es nuestro mayor logro y que ninguna mujer que hemos atendido a pesar de encontrarse muchas en situaciones de ALTO RIESGO de sus vidas, no han sido asesinadas. Lograr avanzar en nuestra Metodología de intervención de manera culitativa y el reconocimiento de Universidades donde se estudia, de otras Asociaciones de mujeres y de la propia Administración al solicitarnos el Primer Plan Andaluz de intervención integral de mujeres vítimas de violencia de género. En el plano económico no hemos logrado la sosotenibilidad económica lo que afecta en la consolidación de un equipo de profesionales, las cuales se tienen que marchar en búsqueda de empleo remunerado.

 

¿Cuál es la cosa que más quieres que aprenda alguien que trabaja con Mujeres Supervivientes - sea superviviente, sea estudiante, sea mujer o sea hombre?

 

El respeto. Si respetamos a las personas por ese hecho, el ser personas, estamos avanzando mucho. Considero que el respeto es la base de toda relación sana, de ahí parte todo. Me gustaría que la persona se sepa dueña de su vida, el centro de su vida, si ella no mira por sí misma, nadie lo hará. Su primera responsabilidad es con ella y de ahí, de ese saberse centro de su mundo, de cuidarse, amarse, puede dar al resto de las personas. Esto es parte de respetarse a sí misma. Al hacerse responsable y valorarse, se libera dela crítica, de la opresión del que dirán, de la esclavitud de la sociedad y realmente se permite ser tal cual es, única, maravillosa. También deseo se conozca que una mujer que ha pasado por violencia de género puede salir adelante y dejar la victima atrás y ser una superviviente que se integra plenamente a la sociedad, que aporta, construye, decide. Nuevos saberes sobre como atender a las mujeres, pero sobre todo desarrollar la empatía, el respeto a la dignidad de las mujeres. La lucha por una sociedad libre de violencias y discriminación deonde quepa la ternura, el dialogo y la aceptación de los “otros” a pesar de las diferencias culturales, religiosas, etc., El respeto a la naturaleza, a los niños y niñas y a los mayores. Cultivar el arte la contemplación de la belleza, inundar nuestra vida de música, arte, ética y estética que ahuyente la violencia, guerras, violaciones, envidias, etc.

 

¿Cómo puedo seguir trabajando para lograr las metas de Mujeres Supervivientes y difundiendo su mensaje cuando vuelva a EEUU?

 

Permancer en comunicación, tratar de desarrollar algún proyecto entre ambos países de formación, intercambio de experiencias, etc., Creo que puedes buscar subvenciones donde nosotras podamos desarrollar la parte aca en España y tú en los EUA de formación por ejemplo, donde nosotras vayamos hacía los EUA a compartir nuestra Metodología y a aprender de otras metodologías o modelos de Refugios para mujeres víctimas de violencias de género, etc.,

 

¿Cómo ves el futuro de Mujeres Supervivientes?

 

Veo que el proyecto Le Vin Violette sale adelante y conseguimos la independencia económica, porque una economía sana empodera. Con esta solvencia económica podemos tener un equipo de psicólogas, abogados/as, técnicas, que acompañen a las mujeres en sus procesos, siempre respetando la decisión de la mujer y sus ritmos.

Atendiendo a mas usuarias y abriendo sedes en otras partes de la geografía nacional para llevar el método de Mujeres Supervivientes a más personas. Eso sería a mediano y largo plazo. A corto plazo, veo que seguimos atendiendo, aun y con los escasos recursos, pero con mucho compromiso, calidad y responsabilidad. La actual situación nos tiene en una auténtica precariedad, aun así, seguimos adelante porque el compromiso que existe es muy grande, creemos en lo que hacemos y eso nos permite seguir avanzando. La vemos de resistencia, de creatividad colectiva para sobrevivir como entidad y como mujeres con familias, sueños, proyectos vitales frente a un mundo cada vez más misógino, violento que amenaza con acabar con las mujeres, desde los ESTADOS, RELIGIONES, MEDIOS DE COMUNICACIÓN, ETC. Nuestra fuerza está con otras mujeres semejantes femnistas impulsar el feminismo internacional en contra del patriarcado.

 

vídeo sobre nuestro proyecto del huerto

página web de mujeres supervivientes:

http://mujeressupervivientes.org 

Participación voluntaria: mujeres supervivientes

reflexión sobre mi aprendizaje

Después de pasar un cuatrimestre comprometida con Mujeres Supervivientes—visitando su comedor social, asistiendo a sus eventos, y sobre todo trabajando en su huerto—me marcho a EEUU no solo como mejor jardinera (que definitivamente soy), sino también como voluntaria y activista más consciente. Como todas mis compañeras, empecé con un terreno vacío y ningún conocimiento previo de la agricultura. Además de aprender cómo planear y cultivar un huerto ecológico, he llegado a ser mucho más consciente de ciertas cosas. Primero, reconozco mejor mis propias destrezas y mejores características como voluntaria. Una semana, por ejemplo, me hice cargo de realizar un plano de todos los bancales que habíamos construido y las plantas que habíamos sembrado en el huerto sin que nadie me pidió hacerlo, mis compañeras me reconocieron por ser tan atenta, detallista, y organizada. Me había hecho cargo de hacer el plano sin pensar, y me sorprendió ser reconocida por ello, pero en ese memento me di cuenta de que, sí, tengo algo único para contribuir como voluntaria. Voy a entrar en mi próximo compromiso social con un mejor conocimiento de mis propias destrezas. Por trabajar con Mujeres Supervivientes y tener contacto con un modelo de trabajo voluntario y compromiso social muy distinto del estadounidense, vuelvo a EEUU como mejor voluntaria. En vez de esperar a recibir instrucciones específicas he tenido que acostumbrarme a tomar la iniciativa, dar el primer paso, y hacer lo que veo que hay que hacer sin preguntar. Por la misión específica de Mujeres Supervivientes y los proyectos en los que se compromete, he llegado a reconocer mejor la pervivencia de machismo (tanto en la sociedad española como en la mía) en la forma de pequeñas agresiones o “micromachismos” la interrelación total de las cuestiones que enfrentan nuestras dos sociedades hoy en día (el machismo, la precariedad económica, el racismo, la lucha de los inmigrantes), y la importancia de la solidaridad femenina frente a esas cuestiones. Esta solidaridad, interdependencia, cercanía, y cariño entre mujeres ha sido algo nuevo y bienvenido para mí, y he hecho amistades que se van a sostener después de que vuelva a EEUU. He llegado a aprender cómo una asociación activista como Mujeres Supervivientes que opera a pequeña escala se sostiene económicamente, cómo solicita apoyo exterior, y como establece metas y pretende conseguirlas. Este conocimiento también me va a servir cuando entre en mi próximo compromiso social, o si algún día decido crear mi propia asociación. Mi experiencia con Mujeres Supervivientes me ha resultado muy educativa y muy gratificante, y vuelvo a EEUU con nuevas amistades, nuevo conocimiento, y nuevo reconocimiento de mis propias habilidades.

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